EL CAFE DE MIS PAPÁS, UNA EXPERIENCIA DE COMUNICACION ASERTIVA

Una comunicación asertiva está llena de empatía, de miradas, de aromas, de acercarse, de sentir, de respeto, de amor, de compartir y por eso les comparto que el domingo pasado fuí a visitar a mis padres, no tenía pensado ir pero al amanecer y estar tomando un delicioso café sentí el antojo del café de mis papás, el que ellos hacen no es el mejor del mundo pero es el de ellos y a mi me encanta, es muy ligerito, muy suave pero es el de mis papás y a mi me encanta, esté calientito o frio, yo me sirvo una taza que disfruto lentamente y luego me sirvo la segunda que me sabe al dulce cariño de mis padres.


Cuando ha estado muy dificil viajar en las carreteras de mi Chiapas por la inseguridad dejé de ir a verlos hasta donde viven, dejé de tomar el cafecito de mis padres, pero cuando venían a la Ciudad procuraba ir a verlos después del gimnasio, de una rutina intensa de ejercicio, terminaba tomando el café de mis padres, una delicia, el mejor pre-entreno porque me llena de energía, de vida, de fuerzas para cada día.


Que a gusto se pasa el domingo con papá y mamá y una taza de café en el campo, diría Juan Luis Guerra, tan relajado, nutriendo el alma con sabor a campo, con sabor a familia, viendo a los viejos sentados en su silla platicando o escuchando pero ahi presentes, con sus manos cada vez más lentas pero llenos de vida, de deseos de seguir adelante.



Gracias Papá, gracias Mamá que siempre en la estufa hay café hecho con sabor a su corazón; gracias por compartirnos su vida, tan agradable y sencilla y llena de su corazón que nutre el alma de ilusión. Gracias por el café. Gracias por la comunicación asertiva que tienen conmigo no solo con palabras sino con sus gestos, con su generosidad, con su respeto y su cariño. Gracias.




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